La contaminación cruzada ocurre cuando se transmiten microorganismos de unos alimentos a otros, generando un riesgo de toxinfección alimentaria.
Este riesgo sanitario puede darse en muchas formas, siendo la más común el contacto de productos crudos con cocidos, ya sea de manera directa o indirecta.
La contaminación cruzada suele ocurrir cuando:
- Quien cocina no se ha lavado bien las manos, sobre todo después de ir al baño.
- Las superficies donde se preparan los alimentos y los utensilios utilizados no han sido limpiados adecuadamente tras un uso previo.
- La carne, pollo, pescado y huevo crudos, o vegetales sin desinfectar, tocan de alguna forma otros alimentos ya desinfectados o cocinados.
- El método de preservar alimentos en el refrigerador es incorrecto y los líquidos de productos contaminados escurren sobre otros.
Principales riesgos de salud
La higiene de los alimentos es uno de los elementos en que más cuidado se debe poner porque, de lo contrario, se corre el riesgo de causar una intoxicación a los comensales de un restaurante.
Los tres riesgos de salud más comunes son:
- Reacciones alérgicas a platillos expuestos a una contaminación cruzada
- Infecciones gastrointestinales
- Intoxicación colectiva, sobre todo grupos de mayor riesgo como niños, ancianos, enfermos y mujeres embarazadas
Establece un protocolo de higiene
Para asegurarte de que la manipulación de los alimentos sea la correcta en tu negocio establece las siguientes políticas para la limpieza y el almacenamiento:
- Dispón que todo el personal se lave perfectamente las manos antes de manipular alimentos, equipos de preparación o utensilios de cocina.
- Asigna diferentes tablas de picar para distintos alimentos crudos o cocidos. Incluso existe un código internacional por colores que designa el color verde para verduras, el blanco para quesos y pan, el rojo para carnes, el amarillo para pollo y el azul para pescado.
- Instruye a tu personal para que no use un mismo utensilio de cocina para cortar o preparar diferentes alimentos, sobre todo si se trata de cocidos y crudos.
- Asegúrate de que las toallas de cocina estén siempre perfectamente limpias y se cambien tras ensuciarse o, mejor aún, usa solo toallas de papel desechables.
- Refrigera los alimentos por separado en recipientes que cierren herméticamente para evitar escurrimientos, y coloca los cocidos en los estantes superiores y los crudos abajo.
- Verifica que se laven perfectamente los utensilios y los electrodomésticos después de cada uso para que no conserven restos de comida que pueda ser caldo de cultivo de microorganismos.
- Desinfecta las superficies de la cocina regularmente.
Un caso de contaminación cruzada en la cocina de tu restaurante no solo te expone a perder clientes y prestigio, incluso puede convertirse en un problema legal.
Instruye bien a tu personal y asegúrate de que se sigan las reglas de higiene mínimas arriba enumeradas para que puedas garantizar a tus clientes platillos sanos, además de ricos.