Mediante la investigación y el desarrollo constantes, Imbera ha logrado mantenerse a la vanguardia en la producción de refrigeradores ecológicos que no solo consumen menos electricidad, sino también tienen un impacto ambiental mínimo.
Compartiendo el compromiso con FEMSA de beneficiar en el aspecto ambiental, económico y social a las comunidades en las cuales opera, Imbera ha adoptado una estrategia que le ha llevado a diseñar sistemas de refrigeración sostenible.
Estos refrigeradores con bajo impacto ambiental utilizan componentes mucho más eficientes que también son benéficos para la atmósfera. Ejemplos de ellos son el uso del CO2 y los hidrocarburos (HC) como refrigerantes verdes y del ciclopentano como material aislante de alta eficiencia para conservar una temperatura interna constante.
Los tres materiales reducen significativamente el potencial de calentamiento global (GWP, por su sigla en inglés) y minimizan el potencial de reducción del ozono (ODP), lo cual califica a los refrigeradores como electrodomésticos ecológicos, altamente aceptados.
El bióxido de carbono, o CO2, se utilizó en los primeros equipos de refrigeración a fines del siglo XIX y principios del XX, pero fue desplazado tras la década de 1930 al aparecer sustancias como el clorofluorocarbono (CFC), el hidroclorofluorocarbono (HCFC) y el hidrofluorocarbono (HFC), que requerían presiones más bajas para producir frío.
Sin embargo, en los últimos años quedó en evidencia el grave efecto de esas sustancias fluoradas en la capa de ozono, lo que hizo reconsiderar la capacidad del CO2 como refrigerante natural, aunado a la ventaja de que con su uso se recicla uno de los gases de ozono a los que se identifica como causantes del preocupante calentamiento global.
Otras de las ventajas de usar bióxido de carbono son:
Aun cuando inicialmente se consideraba a los gases refrigerantes como volátiles y riesgosos por su flamabilidad, los nuevos sistemas a base de hidrocarburos han vuelto mucho más seguro su uso y, por tanto, han cobrado popularidad.
Sus propiedades de enfriamiento, que comprenden aspectos como la presión, la temperatura de descarga y la relación de presión, son similares a las de los HCFC, los HFC y los CFC, pero sin el impacto perjudicial sobre la capa de ozono.
Con mínimo impacto ambiental y una eficiencia mayor a la ofrecida por las proscritas sustancias fluoradas, los refrigerantes HC, que incluyen el gas propano, butano y de propileno, son una alternativa de bajo costo cuyo uso se está extendiendo en los refrigeradores verdes ecológicos.
Este hidrocarburo es usado para producir la espuma de poliuretano que recubre los costados de la cámara refrigerada de los equipos de frío en sustitución también de los ambientalmente peligrosos HCFC y CFC.
Con el ciclopentano se produce el aislamiento térmico tanto por la expansión de las celdas como por el gas que queda atrapado en su interior, lo cual garantiza la conservación al 100% de la temperatura interna de los refrigeradores y un importante ahorro en consumo de electricidad.
Con la combinación del uso de estos componentes y otras innovaciones tecnológicas en el diseño y producción de sus refrigeradores, Imbera asegura un menor Desempeño Climático del Ciclo de Vida, es decir, un impacto ambiental mínimo durante el tiempo de servicio.
Si se cuenta con un refrigerador o un congelador de más de 10 años, lo más recomendable es cambiarlo, ya que la eficiencia energética ha mejorado un 25% desde 1990.
Entre los beneficios de este tipo de refrigeradores se encuentra: