Por: Staff Imbera en 16 de abril de 2019 10:00:00 CDT
Como en muchas otras industrias, la industria láctea requiere de una atenta operación de sus procesos, especialmente al momento de querer conservar las principales características y valores nutricionales de aquellos productos que se ofrecen hoy en día en el mercado.Para lograrlo, es de vital importancia manejar y mantener una temperatura adecuada de refrigeración, mejor conocida como cadena de frío. Esta, aunque distinta para cada producto, permite que se lleve a cabo un proceso de conservación que controla y garantiza la seguridad y calidad de un producto, tomando siempre en cuenta el proceso de elaboración, distribución, almacenamiento y colocación en tienda.
A continuación, te presentamos las medidas que aseguran una larga vida de los productos lácteos que vendes en tu negocio; o bien, que conservas para consumo personal.
Conservación de productos lácteos y derivados
Antes de conocer las temperaturas correctas para la conservación de productos lácteos, es de vital relevancia tomar en cuenta el lugar en donde dichos productos se mantendrán en refrigeración. Para no comprometer sus propiedades nutricionales, también es importante que el lugar de almacenamiento de los productos mantenga, en todo momento, condiciones óptimas de limpieza y ventilación.
Mantener las temperaturas idóneas según el tipo de lácteo a conservar es un requisito para preservar la cadena de frio que permite la seguridad alimentaria.
Leche
A lo largo de todas las etapas de la cadena de frío es común que se realicen pruebas para mantener la calidad de la leche. En éstas, se verifican aspectos tales como el color, sabor, olor, composición química, entre otros. Dichos factores cruciales, se analizan con el propósito de incrementar su valor y, por supuesto, extender su durabilidad.
Para para conservar y prevenir que este producto lácteo se contamine, es importante evitar su exposición a la luz directa, y mantener una temperatura apropiada entre 2° y 5°C.
Yogures
Las leches ácidas, como lo son los yogures, también deben ser conservados a temperaturas entre los 2° y 5°C. Los cambios bruscos en temperaturas durante su distribución y conservación podrían elevar la posibilidad de cambiar su consistencia y desarrollar microorganismos que atenten contra la salud de los consumidores.
Quesos
En relación a los quesos, la mayoría también deben ser conservados entre 2° y 5°C. Sin embargo, su vida útil; aun estando herméticamente cerrados, puede variar dependiendo de su consistencia y frescura, habiendo algunos que pueden durar 15, 21, 30 y hasta 90 en buen estado.
Fases fundamentales en la conservación y refrigeración
- Primera fase - Cadena de frío homogénea
Para que la leche, quesos, yogures u otro producto lácteo mantengan sus propiedades, es vital que la cadena de frío sea homogénea. Esto significa que deberá mantenerse en la misma temperatura desde la producción, distribución y almacenamiento. Hacerlo, asegurará que los productos lleguen en óptimas condiciones al intermediario o consumidor final.
- Segunda fase – Entrada y salida de almacén
El control de entradas y salidas como parte de la cadena de frío es clave para que un producto no se altere. Por ello, es vital cuidar que la operación de rotación de productos durante el proceso de almacenamiento sea rápido e impecable.
- Tercera fase – Empaques herméticos
Para ayudar a preservar la cadena de frío y prevenir que un producto lácteo se contamine, es necesario que se empaque herméticamente. Contar con un empaque adecuado y hermético también evitará que el producto llegue a los centros de distribución con golpes o maltratado.
- Cuarta fase – Temperaturas idóneas
Además de la calidad y seguridad, mantener las temperaturas correctas estará garantizando una mayor rentabilidad para cualquier producto.
Asimismo, te brindará la oportunidad de poner especial atención al momento de preservarlos, garantizando al consumidor que el producto que recibe es un producto lácteo de calidad.
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